dimecres, 3 de desembre del 2014

1986: EL BESO DE ARANCHA Y ESTHER

En octubre 1986 el antiguo palacio de  Casa de Correos de la Puerta del Sol madrileña ya no era el siniestro edificio de la temible Dirección General de Seguridad, pero aquel 23 de octubre pareció serlo. La presencia de dos jovenes besándose destapó todos los demonios lesbofóbicos de de la España sempiterna. 



El PSOE llevaba gobernando ya mas de 4 años con mayoría absoluta  (en junio la había renovado). La homosexualidad estaba despenalizada, pero los valores democráticos no habían llegado al seno de las fuerzas policiales que seguían haciendo redadas en locales de ocio gay o incluso deteniendo sin mas a homosexuales acusándoles de "escándalo público" o inventándose cualquier situación ficticia, como agresión, falta de consideración... Barrionuevo en su lucha contra ETA olvidó del material con el que se había fabricado a este cuerpo policial, un material altamente intolerante y homofóbico.

Cuando el 23 de octubre de 1986 Arantxa Serrano y Esther Olassolo, de 23 y 21 años , decidieron besarse frente a la antigua sede de la DGT, poco imaginaban las consecuencias de ello. La policía nacional las detuvo inmediatamente acogiéndose a las leyes que condenaban el "escándalo público", para ellos dos mujeres besándose era intolerable.

Como si se tratara de una peligrosas delincuentes fueron retenidas durante dos días sin explicación alguna y negándoles todo derecho de defensa. Cuando al final conocen la causa de su detención, el pretexto de escándalo público ha desaparecido, en su lugar el fiscal las acusa de insultos, amenazas y malos tratos a los policías nacionales que las habían detenido. Ellas responden con una denuncia contra la policía por malos tratos, detención ilegal y homofobia

Por una vez este hecho provocó una importante reacción social que llegó a ser reflejada en los medios de comunicación. Lesbianas y feministas se movilizaron logrando visibilizar una realidad generalmente muy armarizada en esta España en la que ser mujer y lesbiana no es nada fácil.

El juicio tardó tres años en realizarse, el fiscal rebajó sus denuncias iniciales, pero logro una sentencia condenatoria por insultos, descatao y maltratos de palabra: 6000 pesetas de multa a cada una de ellas. El proceso se alargó durante muchos años mas, finalmente la justicia dio la razón a Arancha y Esther y condenó a los policías.

Desde entonces al final de la manifestación del Orgullo en Madrid gais, lesbianas, bisexuales y transexuales se besan al final del acto para mostrar su ausencia de miedo y su orgullo de ser, mostrar y defender su identidad.



Pero cada vez que intento hablar de visibilidad lésbica me topo con una realidad: la ausencia de imágenes. La presencia de lesbianas cambió de forma muy positiva la evolución del Frente de Liberación Homosexual bajo el franquismo, hubo lesbianas represaliadas bajo el franquismo, pero no tenemos ni sus nombres, ni sus imágenes. Sin duda testimonios como los de Boti García, Empar Pineda o Paulina Blanco nos han ayudado a conocer una realidad excesivamente oculta y armarizada. Pero aun hoy la visibilidad lésbica es una asignatura pendiente en que es necesario que todo el colectivo LGTB se involucre. 


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GUY HOCQUENHEM, RACE D'EP